Chaquetas amarillas: ¿Buenos o malos para el jardín?

Chaquetas amarillas: ¿Buenos o malos para el jardín?

Aprenda todo sobre las avispas amarillas.

La mayoría de nosotros vemos a las avispas amarillas como grandes plagas. Sin embargo, algunas especies nos ayudan alimentándose de pulgones, orugas y otras plagas del jardín, mientras que el resto desempeñan un papel beneficioso como escuadrón de limpieza de la naturaleza. Sin su ayuda, estaríamos hasta el cuello de carne muerta. Aun así, es difícil estar agradecido a estos bichos cuando se apoderan de tu bocado de pollo a la parrilla o te provocan una dolorosa picadura. A diferencia de las abejas, estas avispas amarillas y negras pueden picar varias veces. Esta picadura, unida a su dieta de "carne y dulce", puede añadir un cierto elemento de tensión a la recogida de fruta y a las cenas al aire libre.

La mayoría de la gente espera a que aumente el número de avispas antes de poner trampas para avispas amarillas, pero en muchas zonas es más eficaz poner trampas en abril y mayo. Aunque las avispas amarillas (especies de Vespula) son insectos sociales como las abejas, sólo utilizan sus nidos durante una temporada. Todas las obreras y los zánganos mueren en otoño y la responsabilidad de propagar la especie queda en manos de las reinas recién nacidas y fecundadas. A finales de otoño, las reinas se meten en la hojarasca del bosque o en algún otro lugar protegido. Hojas aislantes, nieve y la capacidad de "superenfriarse" protegen a las reinas de temperaturas bajo cero durante todo el invierno. Cuando llega la primavera, emergen y abren un nuevo nido, a menudo en un túnel de ratones o topillos. Hasta que eclosiona el primer lote de obreras, la reina debe buscarse ella misma toda la comida, y en este periodo de dos a tres semanas es cuando es vulnerable a ser atrapada. Cada reina matada ahora puede eliminar varios miles de avispas amarillas más adelante en la temporada. (Las avispas de papel que anidan bajo los aleros no suelen ser plagas de picnic, y son grandes cazadoras de orugas, así que, a menos que el nido esté cerca de una puerta, es mejor dejarlas tranquilas).

El tiempo durante este periodo primaveral también puede ser un factor crucial para que una temporada determinada resulte ser un año “malo” para la chaqueta amarilla. Una fuerte ola de frío justo después de que se haya derretido la capa protectora de nieve podría matar a muchas reinas que aún están en el suelo, reduciendo así el número de posibles nidos. Un periodo húmedo prolongado podría dificultar la capacidad de la reina para instalar un nido o buscar alimento, lo que reduciría el número de abejas por nido. Por el contrario, una primavera seca y cálida permite que un gran número de reinas latentes se despierten cómodamente y se dediquen con éxito a sus actividades.

También pueden intervenir otros factores naturales–una noche de verano, un oso negro registró y destruyó cuidadosamente al menos ocho nidos en nuestro huerto de un acre. A la mañana siguiente sólo quedaban agujeros en el suelo y algunas abejas desamparadas. Sin embargo, a falta de osos en el vecindario, el trampeo en primavera puede ser un método de control más fiable.

Tanto las trampas caseras como las comerciales (disponibles en la mayoría de tiendas de jardinería) pueden ser eficaces. Un experto sugiere mortadela y zumo de manzana para atraer a las abejas, y otros apuestan por la comida para gatos con sabor a atún. Algunos "atrayentes" comerciales atraen especialmente bien a las reinas. Lo mejor es experimentar durante varias temporadas para ver qué funciona mejor en su zona. Sea cual sea, vacíe las trampas y renueve el cebo cada pocos días. A las avispas amarillas no les gusta el olor a carne podrida, ni siquiera a avispas amarillas muertas en descomposición. Coloque las trampas fuera de la luz directa del sol, en una zona abierta y lejos de los lugares donde vaya a estar activo. La fumigación aleatoria con insecticida no hará nada para controlar su número. Sin embargo, un disparo directo puede matar un nido de avispas amarillas, si es necesario. Trabaje con mucho cuidado por la noche, cuando las avispas amarillas están en casa–¡y tenga planeada una ruta de escape!

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